En Casas nos engalana una pieza muy especial realizada por una queridísima amiga. Cuando el amor y la alegría están presentes se da lugar a la inspiración y la creatividad. Asimismo, la familia y los amigos son la base de las experiencias que se convierten en tradiciones. Este año tenemos el placer de adornar los días de fiesta con un árbol navideño que muestra parte de la tradición familiar de Patricia Read.

Patricia, la talentosa interiorista que fusionó el valor de la historia con la elegancia de la vida moderna, nos cuenta sobre el origen e inspiración detrás de los encantadores adornos que hacen de este árbol un elemento magnífico y divertido de curiosear. Te invitamos a conocer esta historia.

Casas del XVI: ¿Cuál es tu inspiración para estos adornos?
Patricia: Mi inspiración. Me encanta dibujar y hacer collages. Siempre fui la encargada de poner el nacimiento. Me acuerdo que ponía a los Reyes un poco lejos y el 24 lo íbamos acercando, hasta que llegaban al pesebre.

Casas del XVI: ¿Cuántos años tienes haciéndolos?
Patricia: El primer año que compramos un árbol de Navidad que no era natural la verdad que me sentía extraña. En mi casa siempre eran naturales y los poníamos entre todos el 23 de diciembre. Al mudarme a la casa Colonial el árbol era enorme y tenía pocos adornos. Mis hijas, que estaban pequeñitas esa Navidad, me dijeron: “mami, tu problema es nada en moderación” por el tamaño del árbol y la cantidad de adornos.

Ya era 22 de diciembre, me puse a cortar y a dibujar. Le pregunté a las niñas cuáles eran sus canciones de Navidad favoritas y así empezó la tradición. Todos los años hacíamos más y las veladas del colegio eran una gran fuente de canciones para agregar a la colección. También poniamos los villancicos españoles que cantaban mi mamá y una de mis cuñadas, y muchas otras canciones que nos gustaban. No todas están en el árbol porque no cabrían, pero cada Navidad llenamos la casa con “todos estos papelitos”, todos.

Casas del XVI: ¿Cuáles son tus adornos favoritos y los de tu familia?
Patricia: El favorito de mi papá, Noche de Paz. El mío Pastores a Belén. El de mis hermanos Allá dentro veo. Todos son mis favoritos … porque todos me recuerdan una época vivida o un acontecimiento especial. Burrito sabanero, Cascabel, Jingle Bells nunca faltaban.

Se fueron uniendo los sobrinos, hermanos y cuñadas y cada cual decía su canción favorita. Se podían distinguir cuales eran de los mayores porque incluíamos a los Reyes que vienen de Oriente, oro incienso y mirra, y de vez en cuando algo de la Vieja Belén. De ésta mis sobrinos más pequeños ni idea de quién era. El esposo de mi prima escribió “25 de diciembre fun fun fun” ¡esa nunca faltaba!.

A veces les poníamos cascabeles y escribíamos: “que el sonido de la Navidad se quede siempre contigo”. Esos papelitos los poníamos en la mesa y todos los sonábamos al mismo tiempo. Muchas veces me encuentro con uno de ellos, en gavetas, armarios, en un libro, lo muevo y el sonido me hace pensar en el verdadero significado de la Navidad.

Cada año, en esta celebración familiar todos se reúnen para conmemorar las fiestas y escriben sus canciones navideñas favoritas, sus deseos y pensamientos, adornan sus notas y las cuelgan en el árbol o adornan la casa. Esta y cada una de las tradiciones en nuestros hogares hacen de la época una temporada especial, plena de alegría y vivencias. Con este hermoso árbol celebramos las tradiciones y damos a Casas un toque especial de la magia de la Navidad.

Les deseamos felices fiestas y que el espíritu de dar y compartir los acompañe siempre.